Hilarante, asburdo, caótico... Adjetivos que valen para calificar a La Parroquia de El Monaguillo, el programa de las madrugadas de Onda Cero. Sergio Fernández El Monaguillo, Arturo González-Campos y Gemma Ruiz se ponen a berrear y partirse la caja en los estudios de San Sebastián de los Reyes a unas horas en las que otros programas hablan muy bajito. La alternativa es original, se agradece.
Una cosa sí es cierta: dudo que el programa tenga muchas horas de preparación. Igual me equivoco. Pero el asunto se basa en pensar un par de temas (normalmente con aires de morriña infantil), adivinar un personaje que manda un saludo al programa, situaciones rutinarias cómicas, algo de música, algun concurso de preguntas... y poco más. El primer tema que venga a la cabeza vale. Por ejemplo, en el programa de anoche se pidió a los oyentes que hablaran de películas infantiles de todos los tiempos, del personaje infantil favorito y del más odiado, películas que con el tiempo "dieron su bajón" (palabras de Gemma Ruiz), cenas y comidas con amigos en casa, la voz misteriosa de una mujer famosa y canciones que hablan de "ir un poquito borrachillo". Con eso se cubren dos horas y media de radio. Ese tiempo se cubre porque las llamadas se convierten en bromas continuas, en las que los presentadores se quedan con el oyente y viceversa. Merece la pena quedarse una noche en vela sintonizando Onda Cero. Ahí va una muestra.
El taxista de Vallecas: 1 y 2
Una cosa sí es cierta: dudo que el programa tenga muchas horas de preparación. Igual me equivoco. Pero el asunto se basa en pensar un par de temas (normalmente con aires de morriña infantil), adivinar un personaje que manda un saludo al programa, situaciones rutinarias cómicas, algo de música, algun concurso de preguntas... y poco más. El primer tema que venga a la cabeza vale. Por ejemplo, en el programa de anoche se pidió a los oyentes que hablaran de películas infantiles de todos los tiempos, del personaje infantil favorito y del más odiado, películas que con el tiempo "dieron su bajón" (palabras de Gemma Ruiz), cenas y comidas con amigos en casa, la voz misteriosa de una mujer famosa y canciones que hablan de "ir un poquito borrachillo". Con eso se cubren dos horas y media de radio. Ese tiempo se cubre porque las llamadas se convierten en bromas continuas, en las que los presentadores se quedan con el oyente y viceversa. Merece la pena quedarse una noche en vela sintonizando Onda Cero. Ahí va una muestra.
El taxista de Vallecas: 1 y 2
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